Vía Verde, "El Tarazoníca"

                                              

 12 mayo 2018

    Hacía algún tiempo que le tenía ganas.. y  ayer la ocasión fue propicia...                  Tomé el tren hasta Tudela y emprendí la marcha hasta la localidad navarra.                           

    Poco después de las 10 de la mañana ya estaba    tomando café en la cantina de la estación.                           
  Cartel anunciador de la VÍA VERDE del TARAZONÍCA                      
 Lo que para los caminantes que vengan desde Tarazona, es el final, representa hoy el principio de mi caminata.                                      
    Toperas de la antigua línea férrea. A la derecha de la imagen, la moderna estación de tren.
                             
        Comenzando la aventura...                  
                    Antiguos utensilios  y maquinaria de carga, hoy en desuso.                    
    Restos de la antigua línea férrea.  (Los únicos que vamos a encontrar)                          
    La vía verde está muy bien acondicionada.  Mitad con una ligera capa de asfalto, para las bicis y la otra mitad de tierra muy bien compactada  para los andarines.      A veces, lo cruzan otras vías, pero están a distinto nivel.

El recorrido está muy  surtido de avituallamiento.  Fuentes, bancos  mesas...

 Nuestro camino, es coincidente en algún tramo con la Ruta de La Vera Cruz.

      Cada km. está marcado con un poste compuesto de una traviesa y una chapa coloreada con la leyenda correspondiente.  

   Al salir al campo, no podía faltar. Extensiones kilométricas  plantadas de alcachofas. (En Tudela son exquisitas)

 

 

      Al ser el mes de mayo, las flores son abundantes. De todas las variedades y colores...                                     

Caminar por esta vía verde, resulta fácil y agradable. El trazado es rectilíneo y sin desnivel alguno.

 Alguno de los objetos y artefactos que hay por el camino... 

                     

      El trenecito en cuestión, era conocido popularmente  como "El Escachamatas" por su lentitud.

      Pasarela elevada que evita el cruce a nivel de la  carretera N-121

      El mismo lugar, pero retratado por debajo de la pasarela.

Una de las muchas zonas  de descanso que se encuentra uno  durante los 23 km del recorrido.  

Prácticamente todo el itinerario , se encuentra plantado de un   variado arbolado. Acacias, pinos, almendros, higueras, adelfas e  incluso algunos madroños.            

   Por ser la época primaveral, los campos aledaños al camino del antiguo tren, lucen coloridos y olorosos mantos de flores.   Amapolas, margaritas, jaramagos, tomillo, etc.

Y pasito a pasito, llegamos a la primera estación. Murchante.

 

Dista algo mas de 7 km de Tudela y pertenece a  la comunidad de Navarra.

     Como casi todas las del trayecto, se encuentra vandalizada y pese  al porte tan espectacular, el futuro que le espera no parece muy halagüeño.

 

      Por esta parte de Navarra, la mañana es soleada y caminar entre este arbolado con esta paz y sosiego resulta muy placentero.

Vamos superando el camino, km a km.

       Almacenes de la siguiente estación. Cascante.

     Estación de Cascante. Por lo menos este edificio de gran porte, se encuentra en fase de tapiado. Luce una cubierta recién restaurada. Al encontrase casi dentro de la población, su futuro parece asegurado.       En la cara sur, están levantando un muro de hormigón  que delimita el edificio del resto de andenes y playa de vías

Ya estamos superando la mitad de nuestro reto de hoy.

 

     Y llegamos a Tulebras. Me acerco a retratar esos manubrios y un par de perros de presa me dan un susto de muerte. Están encerrados en la parte sémi tapiada del piso inferior. La cara y los dientes que mostraban por la tela metálica eran de tener pocos amigos.

     A estos tensores me refería cuando digo que me acerqué a retratar...  son de las pocas cosas que hacen referencia a la antigua actividad ferroviaria.

      Es indudable que esta estación está "OKUPADA"

Despedimos Tulebras desde debajo de un modernísimo y prefabricadísimo puente.

    Y emprendemos la marcha debajo de otro, de los muchos que se construyeron al poner en    funcionamiento la línea férrea.

   Estamos ya en la provincia de Zaragoza. Una de las pocas casillas de guardagujas que se conservan. Esto es Malón. 

      De  este señorial edificio, no he encontrado cual era su uso. Tal vez vivienda de algún directivo de la línea. Está situado junto a la estación de Malón, pero no forma parte  del servicio  ordinario de la misma.                      

Está ubicado al final de los andenes, pero varios cientos de metros alejado de la estación propiamente dicha.

    Esta sí es la estación de Malón. Impresionante edificio para un pueblo y un entorno tan despoblado.                      
          A ésta, sí he entrado y recorrido todas sus dependencias. 

Una de las dos taquillas expendedoras de billetes

Seguro que cuando se instalaron estos urinarios, en muchos pueblos de la comarca aún no había ni  agua corriente. Que bonito es viajar.

Exterior de la estación y andenes. Continuamos viaje rumbo a Tarazona. ¡Adiós Malón!!

                      
      Estamos por encima de las tres cuartas partes del trayecto. Solo un problema: se avecina tormenta.

     Mucho me temo, que nos vamos a mojar... (En Vierlas, ZGZ)

Desde este punto, se debería tener una vista de la ciudad y de la Sierra del Moncayo al fondo, preciosa. Lo único que veo sin embargo, son unas nubes negras que dan un

poquito de miedo.

Como había dicho antes, hasta madroños hay plantados en el trayecto de esta vía verde

Plataforma circular para el giro de locomotoras en la estación de Tarazona.

Ya casi al acabar la ruta, el único tramo de  carbonilla que he pisado en todo el trayecto.

Y la lluvia por fin, hizo acto de presencia...

Antiguo depósito de locomotoras.

              Mismo depósito, visto desde el sur.

Estación de Tarazona.

Lástima de reloj.

Hacer el recorrido de 23 km. me ha costado cinco horas justas. Contando incluso la parada para comer.

Toca ahora, visita por la bonita ciudad.

La catedral, recientemente restaurada, es una obra monumental.

El autobús que me ha de retornar a casa, sale a las 18.15. Lástima que la lluvia me ha estropeado el previsto recorrido urbano. He debido esperar en un bar tomando un par de cafés. A pesar de todo, ha merecido la pena. Hasta la próxima.

Saludos cordiales. —